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Salud

Viernes 28 de julio de 2023

Monóxido de carbono, el enemigo invisible

Es una de las principales causas de intoxicación en el mundo, y se calcula que alrededor de 200 personas fallecen por esta causa en Argentina cada año. Cuáles son sus peligros y cómo prevenirlos.

Los riesgos de inhalar monóxido de carbono (CO) son muy altos para todas las personas, especialmente para los niños, y esta intoxicación hasta puede causar la muerte.


Dado que todos los casos son evitables, con la llegada del invierno los especialistas recomiendan la ventilación adecuada de los ambientes, el control de las instalaciones, de los artefactos de calefacción y prestar atención a todas las medidas de prevención.


El monóxido de carbono es incoloro, inodoro y no irritativo, y se dispersa fácilmente en el aire acumulándose en ambientes mal ventilados, sin ser percibido por las personas hasta el momento en que presentan síntomas.


Monóxido de carbono: síntomas de alarma

Los síntomas de la intoxicación por monóxido de carbono son variables.


En casos leves suelen presentarse:

cefaleas, náuseas, vómitos, mareos y debilidad.


Si se agravan: inestabilidad, confusión, visión borrosa, dolor en el pecho, desmayos, convulsiones y muerte.


Por otra parte, una vez que el episodio agudo haya pasado, según la severidad del cuadro, además, es posible que entre las dos semanas y los dos meses aparezcan complicaciones neurológicas, como alteraciones de la memoria, de la conducta, de la atención, del aprendizaje. Por eso es importante, el control médico a corto y mediano plazo tras la intoxicación.


Esto puede provocar graves consecuencias a la salud y hasta llevar a la muerte: el monóxido de carbono es una de las principales causas de intoxicación en el mundo y se calcula que alrededor de 200 personas fallecen por esta causa en Argentina cada año.


En caso de sospecha de intoxicación por monóxido de carbono, se debe:

Abrir las puertas y ventanas del ambiente.


No permanecer dentro de la casa y ayudar a salir a las personas que no puedan desplazarse por sus propios medios.


Llamar al servicio de emergencias o acudir al centro de salud más cercano.


Recomendaciones

Mantener el ambiente ventilado una vez encendidos los artefactos a gas, carbón o leña. Siempre debe haber una puerta o ventana abierta, al menos 15 centímetros.


Prestar atención al color de la llama de los artefactos: debe ser azul; si es naranja o colorada, el artefacto debe ser apagado y revisado, dado que no está funcionando correctamente y está generando monóxido de carbono.


No dormir con braseros o calentadores a leña o carbón encendidos.


Las instalaciones a gas deben ser realizadas por gasistas matriculados.


Una vez al año se deben controlar los artefactos a gas y verificar que la ventilación (chimeneas y tubos) no se encuentre obstruida por hojas, basura o nidos de pájaros, entre otros.


No usar el horno ni las hornallas para calefaccionar el ambiente, ya que consumen mayor cantidad de oxígeno.


No instalar los calefones o termotanques a gas en el baño.


No dejar el auto con el motor encendido en el garaje sin que el ambiente esté ventilado.
Revisar el sistema de escape del auto para verificar que no existan fisuras, además del piso y el baúl para detectar huecos por donde puedan pasar los gases.


No encender nunca un grupo electrógeno en el interior. El artefacto en funcionamiento siempre debe estar en el exterior.


Antes de encender los artefactos a gas en una vivienda que permaneció deshabitada por un tiempo (por ejemplo, casas de vacaciones) asegurarse de que funcionan correctamente.
Pueden instalarse detectores de monóxido de carbono en las casas.