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Salud

Jueves 16 de marzo de 2023

​Semana Mundial del Glaucoma

Se trata de una enfermedad ocular silenciosa que deteriora la visión para siempre. Es la segunda causa de ceguera evitable a nivel mundial. El 40% de las personas nunca se tomó la presión ocular para detectarla. La importancia de la detección precoz.

El 12 de marzo se conmemoro el Día Mundial del Glaucoma y durante esta semana, a nivel mundial, se trata de difundir y concientizar sobre esta patología que engloba hasta 60 enfermedades oculares que pueden ocasionar ceguera, producto de una degeneración progresiva del nervio ocular.


El glaucoma es la segunda causa de ceguera evitable a nivel mundial por detrás de la catarata. Es la principal causa de ceguera irreversible en el mundo, y la primera causa de ceguera prevenible. En la actualidad, se estima que el 10 por ciento de la población padece glaucoma, considerada una enfermedad silenciosa ya que cuando los síntomas aparecen, la enfermedad está avanzada.


El gran problema del glaucoma es que es asintomático. Se estima que la mitad de las personas con glaucoma no sabe que están afectadas. Sin embargo, con un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado, la mayoría de los pacientes conservan su visión. De esta manera, se puede prevenir que un paciente llegue a ser discapacitado visual”, explicó a Infobae la doctora Anahí Lupinacci (Mn 107784), coordinadora de la Sección Glaucoma del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Austral.


El glaucoma puede afectar a cualquiera, pero los mayores de 40 años, los familiares directos de pacientes con glaucoma, las personas que sufrieron traumatismos en los ojos y los pacientes que usan o usaron corticoides tienen más riesgo.


La mejor estrategia para combatir la enfermedad es ir al oftalmólogo una vez al año, para que sea él quien, con varios estudios, arribe al diagnóstico antes de que sea tarde. El examen es rápido e indoloro. Se observa el fondo de ojos y se toma la presión ocular. Estos estudios forman parte de la consulta oftalmológica de rutina. En caso de detectar posibles signos de glaucoma, por ejemplo presión ocular alta o algún daño en el fondo de ojo, otros estudios ayudan a arribar al diagnóstico, permiten el seguimiento de la enfermedad, y evalúan la necesidad de iniciar un tratamiento”, remarcó la especialista. Si bien la pérdida de visión ocasionada por el glaucoma no se puede recuperar, su progreso se puede detener mediante gotas que reducen la presión en el ojo. También ciertos láseres específicos para glaucoma, como el SLT, reducen el uso de medicación.


Según señalaron a Infobae expertos de la Cámara de Medicina Oftalmológica (CAMEOF), el Glaucoma es una enfermedad ocular que causa un daño progresivo en el nervio óptico produciendo una paulatina pérdida de visión. El factor principal de riesgo es la hipertensión ocular, dado que si aumenta la presión en el interior del globo ocular, el nervio óptico se comprime dañando las neuronas que lo forman, produciendo la muerte celular de éstas y disminuyendo el campo visual del paciente.


Por eso, CAMEOF advierte sobre la importancia del diagnóstico precoz para preservar la mejor visión posible. “La consulta periódica al oftalmólogo es una oportunidad ideal para controlar la presión ocular y revisar el fondo de ojo, lo que permite detectar precozmente enfermedades que amenazan la visión. La peculiaridad de esta enfermedad es que, en su fase inicial es asintomática. Pero cuanto antes se diagnostique, antes se puede tratar, aunque no se recuperar lo perdido”, afirmaron desde la institución.


Cuando la enfermedad está avanzada los síntomas más frecuentes son dificultad para ver por los laterales o por algunas partes del ojo, problemas para enfocar bien o dolor de cabeza, entre otros. El glaucoma puede aparecer en un ojo o en ambos. En algunos casos, las personas con presión ocular alta no tienen glaucoma, y en otros, se presenta en personas con presión ocular normal.


La cantidad de presión ocular considerada como normal varía según la persona. Un nivel normal de presión para una persona puede ser alto para otra. Por eso, es tan importante la realización de exámenes regulares.


Aunque puede aparecer en cualquier momento de la vida, es más frecuente a partir de los 60 años y hay varios factores de riesgo como la diabetes, la presión intraocular alta, antecedentes familiares, miopía elevada (más de 5 dioptrías), hipertensión arterial o estar medicado con corticoides. CAMEOF recomienda revisiones periódicas cada 2 años a partir de los 40 y anualmente desde los 45-50 años.


El tratamiento más común para el glaucoma son las gotas para los ojos recetadas por un médico oftalmólogo. Estas gotas reducen la presión en el ojo y previenen el daño al nervio óptico. No curan el glaucoma ni revierten la pérdida de visión, pero ayudan a evitar que la enfermedad empeore. La detección precoz del glaucoma es clave para que la patología no desemboque en ceguera.