Infonueve.com

Actualidad

Domingo 14 de febrero de 2016

Francisco a la mexicana

El Papa Francisco celebrará este mediodía una misa en Ecapetec, uno de los suburbios más peligrosos de la capital mexicano, en lo que puede llegar a ser la celebración más multitudinaria del pontífice durante la visita de cinco días al país.

Miles de personas pasaron la noche en el campo universitario donde Francisco oficiará la misa, luego de que hicieron fila para ingresar, munidos de frazadas para protegerse del frío que en esta época se hace sentir aquí cuando cae el sol.


Con 1,6 millones de habitantes, Ecapetec –además de tener una de las tasas más altas de homicidios del país- se hizo tristemente famosa en los últimos años por las alarmantes cifras de desapariciones de mujeres.


Luego de la misa, Francisco almorzará en un seminario y volverá al Distrito Federal. A última hora de la tarde irá a un hospital pediátrico.


El Papa reprende al poder político y al alto clero de México.


“¡Si tienen que pelearse, peléense como hombres, a la cara!”, dice Francisco a los obispos.


Frente al presidente Enrique Peña Nieto, habló de corrupción y narcotráfico.


El papa Francisco, que recorrerá durante su estancia en México unos 300 kilómetros a bordo del papamóvil, no viene precisamente de paseo. Ya desde su primer discurso en el Palacio Nacional, uno de los templos del poder laico mexicano, Jorge Mario Bergoglio puso el dedo en la llaga: “Cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos pocos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano la vida en sociedad se vuelve terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión, la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte”. El auditorio, compuesto por el presidente, Enrique Peña Nieto, y las máximas autoridades del país, le dedicó un aplauso cerrado y complacido, como si aquello tan grave no fuese con ellos. Pero no quedó ahí la reprimenda. Poco después, en la Catedral de la Ciudad de México, una de las sedes más conservadoras de Latinoamérica, completó su reprimenda con tirón de orejas a la jerarquía católica y sus continuas intrigas. “¡Si tienen que pelearse, peléense como hombres, a la cara!”, les dijo.


En la Catedral, Francisco dirigió un largo discurso a los obispos mexicanos, cuyo retrato robot –elitista, apegada al poder, alejada de los verdaderos problemas de la gente, muda ante el azote de la pederastia y el narcotráfico—no coincide exactamente con los deseos del Papa para su nueva Iglesia. “¡Ay de ustedes si se duermen en los laureles!”, llegó a advertir Bergoglio a los obispos mexicanos en medio de un discurso en el que quedó claro el suspenso del Papa en las principales materias. Les pidió que salgan a la calle, que tengan “la mirada limpia”, que “no se dejen corromper por el materialismo trivial”, que no pierdan el tiempo “en habladurías e intrigas, en los vacíos planes de hegemonía, en los infecundos clubes de intereses”. “No se necesitan príncipes”, afirmó.