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Turismo

Viernes 15 de enero de 2016

La ‘mardelplatización’ del Sur de Brasil

Hace décadas que cada verano los argentinos se dirigen hacia el norte y las rutas y los aeropuertos brasileños se ven invadidos por camisetas blanquicelestes y patentes de tres números y tres letras.

Los nativos y extranjeros con más años en las costas cariocas comparten la reciente preocupación por el cambio de fisonomía de las playas del Sur de Brasil.


Palmas, en el municipio de Governador Celso Ramos, es uno de los ejemplos más claros; es la ciudad de mayor crecimiento en los últimos años en Santa Catarina, el estado que alberga entre otros a Florianópolis y Camboriú.


Hace 11 años el acceso de ripio entre los morros y la prohibición de construir más de 3 pisos protegían las costas de arena blanca y vegetación marina de la invasión turística, pero hoy la situación es distinta. Al antes pueblo de casas bajas arribaron dos de las grandes constructoras brasileñas, San Luzzi y Spindola, y sembraron complejos de torres de hasta 11 pisos.


Carina Pereira Sagas, es dueña de la inmobiliaria que lleva su nombre y nativa de la zona. Con casi 300 inmuebles en oferta (el método más común para vacacionar en la zona es el alquiler de casas por la obsoleta capacidad hotelera) conoce como nadie la realidad de Governador Celso Ramos: “Esta playa siempre fue el destino turístico de la gente que vivía en Florianópolis y el Interior de Brasil, los argentinos eran una excepción. Este año el 80 por ciento de los alquileres fueron hechos por argentinos.”


La opinión general de los turistas más experimentados es de tierno descontento. Entre risas y chistes dejan bastante en claro que no les gusta la nueva mayoría argentina. Victor Freddo tiene 18 años, vacacionó todos sus veranos en Palmas y opina: “Primero llenaron Bombas y Bombinhas, después el Norte de Florianópolis, ahora no se puede estar en esas playas de lo atestadas que están. No queremos que eso le pase a Palmas.”


El periodista argentino Alejandro Bercovich realizó en 2015 una comparación entre 10 días de vacaciones en Buzios y 10 días en Mar Del Plata, los resultados son sorprendentes. Mientras que dos pasajes desde Buenos Aires y dos estadías en un All-Inclusive brasileño cuestan alrededor de 25.000 pesos, el mismo plan en Mar Del Plata asciende a 40.000 pesos. Viajar a Brasil es más barato.


Lo cierto es que las playas brasileñas se ven cada vez más llenas, con más sombrillas y menos gazebos, la carpa cuadrangular sin paredes típicas de los cariocas. La clase media argentina parece haber elegido al mar cálido, la zamba y los mariscos antes que las playas frías y caras, el teatro de revista y el sandwich de milanesa. O acaso el teatro de revista y el sanguche de milanesa emigren al Sur de Brasil.