En la búsqueda del Ara San Juan

Enzo Mastroliberto es nuevejuliense, tiene 30 años, es Ingeniero en Sistemas y estuvo trabajando en la búsqueda del Ara San Juan.

Vivió en 9 de Julio hasta los 17 años, luego se fue a estudiar Ingeniería en Sistemas a La Plata.

Realizó su primaria en la Escuela N° 1 y sus estudios secundarios en la EET N° 2 “Mercedes Vázquez de Labbe”, donde se recibió de Técnico Electromecánico.

Su familia está compuesta por su papa Rogelio, su hermano Jorge y su mamá Graciela. “Siempre que voy al 9 después tengo una lucha con mi yo interior porque es difícil irse otra vez de la ciudad donde uno creció. Nunca descarto la posibilidad de volverme el día de mañana. La mayoría de mis amigos están fuera de la cuidad también y siempre estamos esperando alguna fecha importante que nos tenga a todos juntos en el 9 para juntarnos. Siempre es lindo volver y cuesta irse cada vez más”, expresa Enzo con nostalgia en dialogo con infonueve.com.

Desde hace 6 años Mastroliberto comenzó a trabajar en el Ministerio de Agroindustria, pero hace 2 años que lo hace en el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo y Pesquero (INIDEP). “Este es un organismo descentralizado que depende de agroindustria”, aclara.

Tras 28 días en la mar, este último fin de semana, el “Víctor Angelescu” volvió al puerto de Buenos Aires y Enzo Mastroliberto compartió la experiencia vivida y parte de su historia con infonueve.com.

"En nombre de todo este grupo queremos agradecerles a todos aquellos que brindaron su apoyo que fue incondicional y muy necesario cuando estábamos mar adentro y con condiciones muy adversas. Nuestro dolor acompaña a cada una de esas familias", remarca Enzo Maestroliberto.

I: ¿Por qué eligió esa carrera?

E.M: La elegí porque siempre me gustó la informática. Cuando tenía 9 años empecé computación en el IAC y siempre tenía curiosidad por desarmar computadoras. Después, en la secundaria tuve grandes profesores que supieron orientarme, aunque ellos no lo saben.

I: ¿Cómo fue su ingreso al INIDEP?

EM: Llegue luego de venir a hacer unos trabajos a Mar del Plata. Le expresé a mi director en el Ministerio mis deseos de venir a asentarme acá a Mar del Plata y fue ahí cuando me transfirieron.

En el INIDEP estuve siempre en el área de servicios informáticos. Esta área tenía muy poca relación con la parte científica del instituto, pero con la llegada del Angelescu el área se vio afectada a la causa debido al equipamiento informático que trae el buque. Fue ahí cuando hace 3 meses, nos enviaron a España para capacitarnos en el manejo de todo el equipamiento científico e informático, como así también en las maniobras básicas del barco.

I: ¿Que paso por su cabeza cuando lo convocaron para la labor del rescate de ARA?

E.M: Ni bien se supo la desaparición del submarino, el instituto puso el buque a disposición de la Armada ya que, por el equipamiento científico que tiene a bordo, podía desempeñar las tareas de búsqueda en la plataforma continental. Ahí fue cuando cinco de nosotros nos pusimos también a disposición para alistarnos, en caso de que el buque finalmente sea solicitado para la tarea

En el momento que me llamaron para confirmarme que íbamos a ir a la zona de búsqueda, me agarro mucha ansiedad. Nos llamaron un domingo, pero desde el jueves ya tenía el bolso listo desde el jueves. Así que imaginate mi ansiedad. Queríamos llegar cuanto antes y ponernos a disposición de la búsqueda.

I: ¿Es la primera vez que le toca realizar una búsqueda de estas características?

E.M: Si, no es un tipo de búsqueda muy frecuente, gracias a Dios. Creo que será la tarea más importante y de mayor carga emocional que me toco atravesar.

I: Tuviste contacto con la familia de los tripulantes?

E.M: No, no tuvimos contacto con las familias de los tripulantes, pero nos han hecho llegar sus agradecimientos mediante conocidos en común. Sé que hicimos todo el esfuerzo de todo lo que estuvo a nuestro alcance. Mirando el vaso medio lleno dentro de toda esta angustia, está bueno que esos resultados se hayan reflejado de alguna manera.

I: ¿Cómo fueron los días de la búsqueda en cuanto a lo climático y como respondió el Angelescu por las profundidades con las que trabajaron?

E.M: Los primeros días estuvieron bastantes "movidos". Nos tocó mar con olas que rondaban los 6 metros. Así y todo el barco respondió muy bien. En ningún momento el buque dejo de rastrillar la zona, por eso es que desde lo técnico se superaron ampliamente nuestras expectativas.

I: ¿En lo personal que sintió mientras transcurrían los días de la búsqueda?

E.M: La verdad que el ambiente a bordo estuvo siempre contagiado de optimismo y buenas energías constantemente. Eso era muy positivo porque nunca te desanimaba y mantenía la esperanza viva. Estábamos convencidos que si pasábamos por encima de un naufragio íbamos a detectarlo y así fue. Estuvimos muy confiados de nosotros mismos y con el equipamiento en sí. Después de esos días de mal tiempo y como habían respondido los equipos, sabíamos que podíamos encontrarlo.

Fue una pena que nuestro hallazgo no fuera el del submarino formalmente, pero desde lo profesional estamos muy contentos todos. Resalto lo importante que fue para nosotros recibir todo ese apoyo desde tierra. Creo que eso fue el factor más influyente en toda la búsqueda y en ánimo de todos nosotros.

Muchos sentimientos te atraviesan en ese momento que estas en alta mar y es ahí cuando esas palabritas de tus seres queridos, amigos o conocidos te dan las fuerzas para no aflojar nunca.

I: ¿Qué planes tiene para 2018 en cuanto a metas?

E.M: Creo que el 2018 va a girar todo entorno al Angelescu. Demandará muchas tareas porque es un barco nuevo y además por el equipamiento que tiene a bordo. La mayoría de las campañas que se realicen desde el instituto van a ser a través de este barco. Sin ir más lejos, para febrero o marzo está prevista la primera campaña de investigación del buque. Será una campaña de calamar, que se realizará en el sur.

I: Finalmente.. ¿Se describe un hombre de Tierra o de Mar?

E.M: Hace 3 meses me embarque por primera vez y fue nada más y nada menos que para cruzar el Océano Atlántico. Mi experiencia en el mar es muy escueta como veras, pero no me disgusta la vida a bordo.