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Sunday 13 de November de 2016

Feminismo: El nuevo desafío de crear una contra-hegemonía

Hoy se cumple un mes del Encuentro Nacional de Mujeres por el #NiUnaMenos. Sobre esto y sobre los futuros desafíos del movimiento feminista argentino opinan Manuela Castañeira del (MAS) y Ana Drannikow de la (UCR). Dirigentes, militantes, izquierda y derecha.


El 3 de junio de 2015 algo cambió para siempre en Argentina y en América Latina. Por primera vez se escuchó el grito de Ni Una Menos y en ese mismo instante la violencia machista perdió cualquier legitimidad. Roto ese pacto de silencio y de complicidad, el movimiento feminista argentino empezó a jugar en las grandes ligas; hoy, a un mes del Encuentro Nacional de Mujeres, el desafío es crear una nueva hegemonía para ocupar ese espacio vacío.


Gramsci decía que para combatir una hegemonía establecida hay que crear una contrahegemonía que le dispute ese espacio a lo establecido. Además explicaba que en los Estados modernos, el poder se presenta como un puño de hierro revestido por un guante de seda.


En esta metáfora el puño de hierro representa al aparato represivo del Estado y el guante de seda correspondería a los espacios de la sociedad civil que terminan por crear la hegemonía: la Iglesia, los medios de comunicación, el sistema educativo, entre otros.


¿Y esto qué tiene que ver con el feminismo y la lucha por la igualdad de género?

Las mujeres argentinas lograron liberarse de los guantes de la cocina y el lavadero y mostrando el puño cerrado al aire marcharon, una y otra vez, para que se reconozcan sus derechos. Hoy es momento de volver a los guantes, a ese guante de seda del que hablaba Gramsci, y acariciar los resortes del poder hasta que la igualdad de género se vuelva parte del sentido común.


Sobre esto y sobre los futuros desafíos del movimiento feminista argentino opinan Manuela Castañeira del Movimiento Al Socialismo (MAS) y Ana Drannikow de la Unión Cívica Radical (UCR). Dirigentes, militantes, izquierda y derecha.


Manuela Castañeira – MAS

¿Buscan copiar estrategias y métodos de otras experiencias progresistas exitosas del mundo como Podemos en España, Black Lives Matter u otras?

El movimiento argentino de mujeres toma de los derechos humanos la idea del escrache, es decir que cuando no hay justicia nosotras nos manifestamos, y del movimiento de los trabajadores la idea del paro, en un país donde se para poco nosotras acabamos de hacer el primer paro de mujeres de la historia. Y después miramos al movimiento de mujeres polacas, que acaban de frenar la penalización del aborto en su país.


En redes sociales surgió un debate a propósito de las pintadas y las formas de protesta en el Encuentro Nacional de Mujeres. ¿Cómo ven desde el NuevoMas estas formas de expresión que se dieron en el marco del encuentro?

Voy a citar a Malena Pichot cuando dijo que ojalá las violaciones y los femicidios les molestaran tanto a algunos como las pintadas. Aunque desde el espacio político que conduzco no hacemos pintadas, entendemos que es muy difícil que de 70 mil mujeres ninguna se exprese de esa forma, y tampoco lo condenamos, porque son muchos años de violencia contra las mujeres. Por ejemplo, en el Encuentro Nacional de Misiones, en 2012, la comunidad de médicos había declarado que todos los abortos eran punibles y que todos los médicos de la provincia tenían objeción de conciencia. Desde el escrache que les hicimos hay abortos en Misiones.


El movimiento argentino feminista no tiene una figura que llame la atención sobre las demás ¿Es la horizontalidad la forma más efectiva de conducción para este movimiento?

Creo que sí, y que además de esa forma se evitan posibles actos burocráticos como el que vivimos en el Encuentro Nacional de Mujeres de Rosario. Mientras que un grupo mayoritario queríamos que la sede 2017 sea Buenos Aires por ser el centro político del país en un año de elecciones, otra parte tomó la decisión burocrática de que sea en Resistencia.


Estas internas se repiten en los relatos sobre los encuentros del movimiento feminista argentino ¿Son un obstáculo para que avancen todas hacia un mismo objetivo?

Con la horizontalidad no hay ninguna protagonista excluyente, somos todas protagonistas. Además es preferible una dirección difusa antes que una mala dirigencia. En la década pasada una parte de las chicas quiso poner a Cristina Fernández de Kirchner como referente del feminismo argentino, y el kirchnerismo no solo no avanzó en temáticas de género sino que bloqueó los debates sobre el aborto.


Ana Drannikow – UCR

En redes sociales se polemizó al respecto de las pintadas y las formas de protesta en el Encuentro Nacional de Mujeres. Desde el radicalismo, ¿cómo ven estas formas de expresión que se dieron en el marco del encuentro?

Siempre hubo pintadas en las marchas, no solo en las marchas por los derechos de las mujeres. No por eso tratamos de imponer nada, sino que queremos visibilizar algo que en los grandes medios de comunicación hegemónicos a veces no aparece.


Algunos de los "grandes medios de comunicación hegemónicos" como Infobae, Canal 13 reproducieron imágenes de mujeres pintando, quemando, rompiendo durante el Encuentro Nacional de Mujeres ¿No es hacerle el juego a los medios hegemónicos y al establishment manifestarse de esa manera? ¿No es lo que quiere el patriarcado?

Ellos muestran lo que les conviene. No mostraron las conclusiones del encuentro, ni la votación de la nueva sede, ni la solidaridad entre chicas de distintos partidos políticos en pos de una misma causa. Pero sin las pintadas y sin llamar la atención así el encuentro no tendría visibilidad mediática, estamos cansadas de portarnos bien y no estamos matando a nadie, solo pintamos paredes.


Se ha señalado a la UCR como un partido machista ¿Cómo se pelea contra el machismo desde un partido político que tiene esa cultura incorporada?

El machismo atraviesa a todos los partidos, y el nuestro es un partido muy, muy machista. Nosotros tenemos que seguir educando al prójimo, y hacemos talleres y actividades, aunque sea haga difícil con una conducción de varones. Nosotros los radicales somos el partido de las instituciones y entendemos que el medio para llegar a una sociedad equitativa en cuestiones de género tiene que ser a través de leyes y normativas, que necesitan tener sus propios presupuestos, hoy el Estado asigna menos de un peso por mujer.


El feminismo argentino no tiene una figura que concentre la fuerza de tantos militantes como sí la tuvieron los indignados en España con Pablo Iglesias, o los indígenas en Bolivia con Evo Morales ¿Es efectiva la horizontalidad que caracteriza al movimiento feminista argentino?


No sería raro que aparezca alguna figura particular, especialmente desde los partidos políticos. Pero hay muchas pujas y muchos intereses de por medio, figuras feministas no faltan. Por ejemplo están Myriam Bregman del PTS y Georgina Orellano de AMMAR (Sindicato de Meretrices). Pero hay disputas internas que impiden una unión total. Por ejemplo Bregman y Orellano tienen posiciones contrarias en el tema del trabajo sexual. Así el feminismo no es solamente uno, hay muchos feminismos.


¿Buscan copiar estrategias y métodos de otras experiencias progresistas exitosas del mundo como Podemos en España, Bernie Sanders en EE.UU. u otros?

Miramos a los estadounidenses, ellos no tienen un “Ni Una Menos” pero sí un “Black Lives Matter”, que desde la lucha contra la violencia a los negros trabajan de formas muy parecidas a nosotras. Si en Estados Unidos lograron tener un Presidente negro nosotras tenemos que aspirar a tener la primera Presidente mujer y feminista. Cristina Fernández de Kirchner no fue una líder feminista y los últimos 12 años no beneficiaron al movimiento feminista, aunque la culpa no sea enteramente de la figura presidencial.


Internas, falta de un liderazgo y una estrategia comunicacional clara son algunos de los puntos débiles de un movimiento feminista argentino que bajo la consigna Ni Una Menos hizo y sigue haciendo historia.


El feminismo argentino se ha vuelto un faro para América Latina, con movilizaciones paralelas a los Ni Una Menos argentinos. La luz de ese faro tiene que lograr apuntar en dirección para que el movimiento feminista argentino camine unido hacia el mismo lugar.