Infonueve.com

Actualidad

Sábado 16 de julio de 2016

El peligroso rol de Argentina en los contextos de terrorismo

El Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés) está cambiando su estrategia, la pérdida de base territorial los obliga a extremar los esfuerzos en ataques terroristas. Los recientes golpes en Daca, Niza, Bruselas y París son prueba de ello. ¿Cuál es la postura de Argentina ante la convulsión que vive el mundo?

A raíz de sus pérdidas en combate, la organización terrorista ISIS está cambiando su táctica. Aunque se habla de una nueva base en el Líbano, con la caída de ciudades de importancia para el Califato como Faluya, Palmira o Mosul la tendencia es la de extremar esfuerzos en los ataques terroristas. Esta independencia del poder territorial amplía los posibles objetivos de los atentados.


De la misma forma en que en otro momento Al-Qaeda llamó a la yihad global u otros grupos islamistas atacaron objetivos diversos en el mundo, al quedarse sin base física, ISIS podría intentar una estrategia similar.


El 25 marzo, en la conferencia de prensa conjunta en la Casa Rosada, el presidente estadounidense Barack Obama aseguró que junto a Macri “han acordado trabajar para combatir al terrorismo para mantener seguros a nuestros pueblos”. Las declaraciones fueron realizadas un día después de los atentados terroristas en Bruselas que dejaron 34 personas muertas y más de 200 heridos.


Un día después, ISIS viralizó un video (con toda la pompa hollywoodense que los caracteriza) en el que uno de sus líderes amenazaba con atacar Argentina entre otros países. Como parte de los acuerdos bilaterales fruto de la visita de Obama, hoy Argentina es miembro de una coalición de más de 40 países que brindan apoyo político y armamentístico en la lucha contra el Estado Islámico. A pesar de que entre Buenos Aires y la capital Siria medien 12437 kilómetros y nunca ha habido hostilidades hacia nuestro país.


La última vez que Argentina se comprometió en una coalición internacional para luchar contra un régimen islamista fue en 1991, durante la presidencia de Carlos Saúl Menem, en la que nuestro país aportó dos fragatas en la lucha contra Irak en lo que se llamó la Guerra del Golfo. Un año después estallaría una bomba en la embajada de Israel en Buenos Aires. Tres años después llegaría la fatídica voladura de la AMIA.


Aunque la política mundial tiende lentamente a nuclearse en organizaciones mundiales que actúan por encima de los Estados nacionales para solucionar problemas de carácter global, Argentina tiene una triste historia con los apoyos a invasiones y sus represalias.