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Jueves 19 de mayo de 2022

Los otros héroes de la guerra

En la cruda realidad del conflicto bélico de Ucrania y de ciudades desvastadas, el Obispo de Nueve de Julio, Monseñor Ariel Torrado Mosconi, relata lo que se vive. "Ya regresando hacia Polonia, he conocido a un grupo extraordinario de personas que están dejando su vida para rescatar a los niños víctimas de la guerra".

Desde hace unos días, el Obispo de la Diócesis de 9 de Julio, Monseñor Ariel Torrado Mosconi participa de un encuentro en Varsovia y refleja en sus redes la dolorosa situación que están viviendo las familias ucranianas, el desconcierto que viven los niños y la incertidumbre de todos los desplazados por la guerra.


"Por diversas circunstancias la divina providencia me ha permitido tener una relación muy estrecha con Polonia. Varios sacerdotes polacos colaboran en la diócesis de Nueve de Julio, algunos desde hace muchos años, habiendo gastado sus vidas sirviendo al pueblo de Dios que peregrina en estas pampas bonaerenses. Pero además el vínculo con mi diócesis fue acrecentándose en estos años por varios proyectos de intercambio y ayuda que estamos llevando adelante", comentó.


"En los últimos meses la situación de la guerra ha llevado a un fuerte compromiso de Polonia con el pueblo ucraniano recibiendo a más de tres millones de refugiados. Ellos me invitaron a acompañarlos en una misión de ayuda humanitaria a las zonas más afectadas de Ucrania. Su invitación era para mostrar como la realidad “sacrílega” de la guerra no solo afecta a los países vecinos sino al mundo entero. La asociación que me invitó se llama “All brothers” y muestra que, tal como nos enseña el Papa Francisco en Fratelli Tutti, todos debemos sabernos y sentirnos hermanos, no importan las distancias geográficas ni culturales", explicó.


A su vez dijo que "por las responsabilidades en mi diócesis la visita será por muy pocos días, apenas lo suficiente como para tener una experiencia directa de la realidad del sufrimiento de la gente y poder hacer un gesto simbólico de cercanía y solidaridad con las víctimas de la guerra".


También subrayó que "he podido recorrer en las periferias de Kiev las zonas más afectadas y contemplar de manera directa la destrucción que produce la barbarie de la guerra. Tal como dice el Papa “la gente común paga en su piel la locura de la guerra”. Valoro sobre todo haber tenido la posibilidad de tomar contacto personal con algunas víctimas y orar con ellas. Llevo grabado en mi memoria tantos rostros de niños y ancianos marcados por el sufrimiento y la crueldad de la guerra".


Al tiempo que describió "he podido experimentar en carne propia la zozobra e inquietud que se vive cuando el sueño de la noche es interrumpido por las sirenas de las alarmas. Lo triste que es ver las esquinas y las entradas de cada pueblo con trincheras y protecciones ante la amenaza del ingreso de los tanques de guerra. El silencio que se produce en las ciudades después del toque de queda".


Esta mañana, Mosconi relato "en la ciudad ucraniana de Leópolis, ya regresando hacia Polonia, he conocido a un grupo extraordinario de personas que están dejando su vida para rescatar a los niños víctimas de la guerra", señala Monseñor Ariel Torrado Mosconi, a través de su cuenta de red social.


"En medio de las ciudades devastadas en la región de Donieck una consagrada llamada Julia recorría las calles tratando de auxiliar a las personas. Al ver la cantidad de niños necesitados de auxilio fue a suplicar que le prestaran algún minibús para recogerlos. La situación era caótica y ya no había móviles disponibles. Ante la insistencia de la religiosa una persona puso a su disposición lo único que tenía: un carro fúnebre. La religiosa salió entonces a recorrer las calles en ese curioso móvil salvando la vida de una veintena de niños", relata Monseñor.

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Además, indicó "es entonces cuando junto a algunos laicos, entre ellos Marianna y Liubov (que aparecen a la derecha en la foto), comenzaron a crear hogares familia para alojar hasta 12 niños en cada una de esas casas mientras se consigue dar con sus padres y demás familiares, o eventualmente luego de hacer todos los trámites pertinentes, comenzar con los procesos de adopción. Vale la pena aclarar los cuidados que se deben tener frente a inescrupulosos que pueden ver la ocasión para el robo de niños y el tráfico de personas".


"En Polonia son muchas las familias que han abierto sus hogares para recibir a mujeres con sus niños. Éstas, y otras tantas historias parecidas, nos muestran cuáles son los verdaderos héroes de la guerra", concluye.