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Miércoles 20 de abril de 2016

La solidaridad recorre lo impenetrable

El Grupo de Ayuda Aborigen Argentina con su camión– circo partirá rumbo a Machagai, Chaco. Será el 28 de abril y desde 9 de Julio, centro oeste de Buenos Aires. Una vez más, Oscar Vadillo encabezará junto a su padre, “El Toro”, esta cruzada que lleva 18 años. Alrededor de 600 niños aguardarán su llegada.

La madre Teresa de Calcuta decía sabiamente que “a veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota” y esta reflexión tan sabia podría reflejar lo que desde hace 18 años lleva adelante e ininterrumpidamente el nuevejuliense Alberto “Toro” Vadillo y su grupo de Ayuda Aborigen Argentina.


Este camionero jubilado de 73 años es quien realiza incansablemente esta cruzada por los aborígenes del Chaco junto a su familia: Su esposa Alicia Molteni y sus tres hijos María Laura, Silvia y Oscar Vadillo. A lo largo del tiempo se les han sumado un gran grupo de colaboradores de todo el país que también apuestan por la mima ayuda.


Oscar Vadillo es de profesión docente, pero aprendió a ser un gran mago aficionado por esta cruzada. Él es quien acompaña en cada viaje a su padre y desde el primer día juntos van por la misma ruta de la solidaridad.


En esta travesía, de 1200 kilómetros llegaran hasta cuatro escuelas, ubicadas a 50 kilómetros de la ciudad cabecera y que forman parte del impenetrable Chaco. Su meta será la de equipar los comedores de esos establecimientos educativos con alimentos para siete meses. Llevarán heladeras para los cuatro comedores, cocinas para dos de ellos, útiles escolares, alimentos no perecederos, agua, leche y herramientas para la huerta. También con su llegada acercaran la alegría, ya que irá el circo y los juegos que forman parte del esparcimiento que les brindan a los niños aborígenes de nuestra argentina.


A estas cuatro escuelas concurren alrededor de 600 chicos. “Siempre todo lo que se reparte es entregado en mano. Les dejamos mucho a las escuelas y también a las familias que van ese día”, describe Oscar Vadillo a INFONUEVE.COM.


DESDE NUEVE DE JULIO

La colaboración para Ayuda Aborigen Argentina que viene de todo el país se concentra en la intersección de las Avenidas Vedia y Avellaneda de nuestra ciudad. Allí se encuentra el depósito que humanamente improvisa en un galpón la familia Vadillo para esta causa. En su interior hay de todo y por clasificar. “En la previa del viaje, se hace la separación y clasificación de las donaciones. La llegada de los colaboradores es lo que más se aguardamos”, indica Oscar.


En tanto advierte que “allí clasificamos por escuela. En este viaje cada nene recibirá una mochila, tres pares de calzados, carpetas, útiles escolares con una cartuchera, juguetes y más los alimentos. Por el momento, faltaría completar la carga con más mochilas y cartucheras. Esperemos llegar esta semana con este sueño”.


El sábado 23, desde las 8 a las 20 hs, estarán cargando el camión-circo y el domingo continuarán con la labor por la mañana. Oscar Vadillo asegura que cada persona puede poner su granito de arena e incluso sumarse como voluntario. “Esto nos sería de una gran ayuda ya que la semana anterior a la partida, 28 de abril, estaremos cargando el camión y necesitaremos de muchos vecinos. Sé que es un trabajo de hormiga, pero entre todos se puede”.


El “Toro” partirá con su camión el miércoles 27, en tanto el micro con los colaboradores lo hará el jueves 28, a las 17 hs. El regreso estará programado para el domingo 31 de abril.


UNA REALIDAD QUE DUELE

Si bien los separa una gran distancia, la realidad de lo que pasa en el impenetrable no deja de estar ausente. “En estos últimos siete meses se nos ha complicado mucho abastecer las escuelas. Sabemos que se frenaron las partidas de los comedores y que las despensas de alrededor ya no les fían más a los colegios. Por eso precisamos mucha ayuda en este viaje”.


Al tiempo que remarcó que “es medio complicado resolver el problema de todas las familias, pero que puede resolverse el de las escuelas, se los aseguro. Les dejamos muchos alimentos y sabemos que los nenes por los menos una vez al día comen bien”.


Seguramente una cosa es vivir en primera persona este viaje al impenetrable y otra muy distinta relatarlo desde una entrevista, pero en cada palabra que aporta Oscar Vadillo sus ojos se vuelve húmedos. “Hacer estos viajes me da plena gratitud de saber que humanamente actuó bien. Es muy duro realmente ver la pobreza a flor de piel. También nos enternecemos al verle la cara a un nene que recibe por primera vez un juguete”.


Sin lugar a dudas esa realidad los marca y Oscar no deja de apostar por un cambio. “Si cada individuo por si solo se diera cuenta la importancia que tiene su acción de donar, aunque sea un simple juguete, un poquito de alimento, sentiría la misma sensación que experimentamos en cada viaje. Es un compromiso social, por el otro”.


Sin entrar en política partidaria porque a los integrantes del grupo no le interesa, Oscar reflexiona y sostiene que “si entre todos, como argentino cambiáramos una realidad, aunque sea momentánea el país iría para adelante. Es lo que me enseñaron, es lo que aprendí de mis padres y lo que trato de transmitir”.


GRUPO EDUCATIVO

Además del fin solidario, la enseñanza nunca deja de estar ausente. “Nuestro grupo es educativo y solidario porque no solo buscar paliar determinadas necesidades, sino también el de educar por la solidaridad.


Más allá de sus jornadas laborales los integrantes de Ayuda Aborigen Argentina también dan charlas en los colegios.


“Buscamos que los adolescentes participen y que los adultos enseñen a los más chicos lo que es la solidaridad para poder ayudar a más gente, ya se para el Chaco, para algún vecino de 9 de Julio o para una inundación. No importa el lugar, sino poder ayudara quien más lo necesita”.


UNA MONEDA QUE SE REPITE

Lo que pasa en el impenetrable Chaco argentino, y que se repite en muchos lugares, parece no despertar a quienes deberían y es por eso que desde hace años la solidaridad ciudadana se hace presente. “No ver cambios es ingrato. Mirando fotos de hace 10 años atrás, había un nene con la remera estirada, las zapatillas agujereadas. En el último viaje que hicimos vi a otro nenito con las mismas características y pensé… Otra vez lo mismo. Ni se imaginan lo que siento cuando veo a los maestros desesperados porque los nenes no reciben alimentos. Hay Salas de Primeros Auxilios desabastecidas. Eso es no tenerlos incluidos, eso es no darles educación y eso es no tenerlos en cuenta”.


“La realidad de ahí es muy grave. La muerte de un niño no puede ser por desnutrición ni por tuberculosis. Que muera un niño así es un golpe para los gobiernos de turno y para toda la sociedad. Sin meterme en política, esto pasa en el Chaco y en muchos lugares más de nuestra querida Argentina. Sueño con que algún día se despierten quienes deban hacerlo”.


LA ALEGRIA, LA OTRA CARA

Con el viaje de Ayuda Aborigen también se transporta lo que todo niño debe recibir: alegría y diversión. “En los primeros viajes solo llevábamos las donaciones, luego pensamos en darle una vuelta de rosca a la cruzada y surgió lo del Circo”, subrayo Vadillo.


A su vez se confiesa “ninguno es profesional en ello, pero armamos un telón, llevamos música y hacemos presentaciones. Por internet estudie magia, me fui comprando trucos y practicado. Entre todos conformamos un circo bastante divertido”.


Finalmente y disfrazados de payasos arman coreografías y hasta a veces prenden bengalas para darle color al espectáculo. “Muchos de los nenes nunca vieron un payaso ya que ni televisión tienen. Ni se imaginaban que eso existía. También les llevamos un castillo inflable y una pochoclera. Sabemos que para ellos es un día muy especial. Los maestros nos cuentan que después de nuestro viaje los chicos hablan meses sobre el espectáculo y siempre les preguntan cuándo volvemos. Sé que dejamos muchas cosas en el viaje, pero más sé lo que traemos como de aprendizaje”.