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Domingo 14 de febrero de 2021

Murió Menem

El ex presidente, Carlos Saul Menem, falleció en el sanatorio Los Arcos. Tenía 90 años.

Este domingo, y tras pasar algunos días en el sanatorio Los Arcos, donde había sido ingresado por una infección urinaria, murió el ex presidente Carlos Saúl Menem. A mediados del año pasado, el ex mandatario había pasado 15 días internado en el Instituto del Diagnóstico y Tratamiento, por una neumonía bilateral.


Carlos Saúl Menem nació el 2 de julio de 1930 aunque, jocosamente, por coquetería, solía sostener que era de 1935. Lo cierto es que su primer respiro lo dio en Anillaco, en el departamento riojano de Castro Barros. Sus padres, llegados a la Argentina en los años veinte, eran Saúl Menem y Mohibe Akil. Como la mayoría de los jóvenes de la época, sus estudios primarios y secundarios los hizo en la escuela pública de La Rioja. Desde muy joven demostró una especial particularidad: mezclarse con la gente, aprender a escucharla y atenderla con confianza. De ahí al ejercicio de la política había solo unos pasos.


Solía contar que en 1951 viajó a Buenos Aires para participar en un campeonato de fútbol, oportunidad en que fue presentado a Juan Domingo Perón y su esposa “Evita”. Desde entonces, su trayectoria en la política la daría en el justicialismo.El expresidente Carlos Saúl Menem murió este domingo a los 90 años tras haber estado varios días internado por una "infección urinaria" que se complicó y obligó a su internación debido a problemas cardiológicos "de base". La noticia fue confirmada a Clarín por el entorno del propio Menem, desde donde señalaron que la salud del mandatario tuvo complicaciones en las últimas horas que derivaron en su fallecimiento del hombre que gobernó Argentina durante la década del 90'.


Síganme, no los voy a defraudar”, prometió Carlos Menem en su primera campaña electoral que le llevó en mayo de 1989 a la presidencia de Argentina. Fue, tal vez, su frase más célebre, pero a la que sólo el tiempo colocará en su verdadera dimensión. En un país convulsionado –hiperinflación, saqueos, incertidumbre- como el de aquel momento, nadie imaginaba adónde nos llevaría Menem.


Seis años más tarde, consiguió su reelección, tras ejecutar un programa social y económico opuesto del que había prometido. Pero, a la vez favorecido por conseguir un marco de cierta estabilidad, la que le había dado la Ley de Convertibilidad ejecutada por Cavallo. Fue el mismo sistema que, una vez agotado, lo llevaría a su declive –en cuanto a su proyección personal y al del país entero- con el estallido del 2001. Ya sería otra historia.


Nadie ignoraba el carisma y la popularidad de Menem cuando lanzó su candidatura presidencial a fines de los 80, tras ejercer como gobernador de La Rioja en dos períodos (1973-1976, y luego desde 1983 con la restauración democrática). Aún así, parecía sorprendente que con su “look” extraño y con propuestas contradictorias, pudiera vencer al aparato peronista que se encolumnaba detrás de un candidato más tradicional y formal como era Antonio Cafiero quien, además, venía ejerciendo sin tantos sobresaltos la gobernación en Buenos Aires.


Tras una década de gobierno, Menem se marchó cuando ya su esquema económico se había agotando, afrontaba la oposición de amplias capas (sindicales, jubilados, pymes). Y, sobre todo, cuando crecía la conciencia por los escándalos de corrupción, que abarcaron a funcionarios de distintas líneas.