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Jueves 7 de noviembre de 2019

El Oktubre de los pueblos Latinoamericanos

El concejal de Unidad Ciudadana y Lic. en Ciencias Política, Juan Pablo Parise opino sobre los hechos que vienen sucediendo en América Latina con los diferentes levantamientos que vienen dándose en varios países.

En los últimos años, en la región latinoamericana, se produjeron varios cambios de ciclos y de paradigmas: pasamos de modelos de acumulación desarrollistas, productivos, inclusivos y democráticos a modelos Neoliberales, especulativos, desiguales y paramilitares.


Este nuevo ciclo, que están llevado adelante países como: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú; ha producido un giro sustantivo respecto del rumbo que venían manteniendo los anteriores gobiernos nacional-populares, neodesarrollistas y de centro-izquierda de la última década y media en América del Sur; donde su eje central pasaba por el rol que el Estado - Nación cumplía en relación con la Economía y la Sociedad en favor de comunidades con más inclusión y derechos.


El viraje en lo político, lo económico y lo social de la región nos permite suponer que estamos frente a una nueva etapa Neoliberal que tiene características específicas, similares y distintivas respecto de los momentos anteriores como los `70 y `90. Este periodo que estamos atravesando está caracterizado por una feroz disputa por la reestructuración de la distribución de la riqueza a favor de los sectores concentrados de la economía, la reinserción en el Norte Global, el inicio de procesos de endeudamientos externos, apertura de las economías, la desindustrialización, dolarización y financierización de las economías, privatizaciones y ajustes, reformas tributarias y laborales en favor de las elites dominantes, bajas de salarios y judicialización de la política, entre varias cosas.


Producto de estas reformas Neoliberales que se fueron dando en este último tiempo, los países de América Latina (AL) y el Caribe, a pesar de sus marcadas diferencias sociales, políticas y económicas, atraviesan un tiempo complejo y de retrocesos.


Las reformas estructurales que han implementado los Gobiernos Neoliberales, a través de la captura del Estado por parte de las elites, han tendido a la desestructuración de los aparatos productivos, a la desigualdad, a la transferencia de los ingresos de los trabajadores, jubilados y sectores medios hacia los ricos, al retroceso institucional que registra el MERCOSUR, la UNASUR y su pasaje de esta última a la Alianza del Pacífico - que también podría denominarse en términos más precisos “PRONORTE” - dada la fuerte proclividad a subordinarse a las políticas del nuevo Consenso de Washington. Este nuevo consenso está llevando a tener “democracias de baja autonomía” en la región. En estas Democracias controladas interviene un plan general que promueve el Law-fare con la idea de erosionar el Estado de Derecho y judicializar a los adversarios políticos en estrecha relación y coordinación con las fake news como forma de “informar”, de generar sentido común en la población e influir en sus comportamientos electorales sin importar la mayor o menor veracidad de lo que se comunica.


Todo esto, sumado a sistemas de partidos políticos con “oposiciones disfrazadas”, es decir, que comparten el núcleo central de la agenda neoliberal, hizo que los pueblos se alzaran en el mes de OKTUBRE contra esta forma de gobernar desigual e injusta.


Los pueblos se cansaron del abuso, provocando grandes estallidos sociales. La gran mayoría apoya los levantamientos, porque no se trata de los treinta pesos de aumento del pasaje en metro de Chile, o del paquetazo en Ecuador, eso no es más que la punta del iceberg, la gota que rebalsó el vaso. Se trata de que las políticas neoliberales dejan fuera de juego a millones de personas y les quitan la posibilidad de futuro a generaciones enteras.