Domingo 24 de febrero de 2019
Nicolás Maduro logró lo que había prometido, la ayuda humanitaria que buscaba llegar a Venezuela principalmente desde las fronteras de Colombia y Brasil gestionadas por la oposición no pudieron hacerlo. La represión, como en otras oportunidades, frenó a la gente que debía servir de puente para la imagen que Juan Guaidó necesitaba de cara a los venezolanos y el mundo.
Si antes del concierto en Colombia, este joven político convertido en presidente encargado y respaldado por gran parte de la comunidad internacional se mostraba como una sombra al poder que tiene el gobierno de Maduro, gracias a las fuerzas armadas, el mensaje luego de la represión quedó claro. Más allá de que desde la oposición se lo llame usurpador y no se lo reconozca Nicolás Maduro demostró que maneja el poder real en Venezuela.
Juan Guadió sorprendió desde que llegó a la escena pública generando situaciones diferentes para intentar lograr resultados distintos a los alcanzados hasta ahora por la oposición. Su movimientos políticos le dieron resultados, sin embargo la generación de una sobre expectativa en su último accionar (el ingreso de la ayuda humanitaria) al no alcanzarlo, lo terminó debilitando. Pero esto podría revertirse ya que Venezuela genera noticias en continuo desarrollo.
Guadió En sólo un mes logró lo que muchos en la oposición venezolana no podían alcanzar en este último tiempo, los unió más allá de las diferencias, los movilizó, obtuvo un enorme apoyo internacional, visibilizó nuevamente la crisis venezolana al mundo y puso al chavismo en la retaguardia. Pero su discurso luego de la jornada trágica en la que 4 personas fueron asesinadas, algunos medios venezolanos hablan de más de 10 y cientos resultaron heridos, mostró que el no cumplir la imagen de los camiones cruzando la frontera lo dejó golpeado y si bien a la vista de todos quedaron las imágenes de la represión llevada a delante por el gobierno venezolano, hablar de habilitar todas las opciones, se entiende con ellas la militar, estará por verse cómo afectará su imagen, y claro está el futuro de Venezuela y la región.
Cada movimiento en estas batallas que se dan minuto a minuto pueden ser un escalón para el próximo paso. Hasta ahora Guaidó buscaba como si estuviera escalando una montaña peligrosa y escarpada darle a los venezolanos que buscan la salida de Maduro, postas de las que agarrarse para poder seguir avanzando, así fue como rápidamente planto el 23F.
Su entrada trotando a Colombia entre los gritos de quienes lo rodeaban de “si se puede” y su señal de la victoria, a pesar de la prohibición del ejército venezolano, y la idea que fue ayudado por algunos soldados le dieron aire a la promesa de la entrada de ayuda humanitaria.
Más tarde su aparición en el concierto en Colombia, su encuentro con los militares que desertaron, su foto arriba de un camión con ayuda antes de intentar cruzar la frontera, todo fue ganancia en esta batalla de las imágenes y los gestos pero una vez que desapareció el humo de los gases lacrimógenos quedo frente a la realidad de quien detenta el poder real en Venezuela.
En su páis, más allá de que lo impredecible siempre puede suceder, el cambio esta de la mano de los militares y Guadió necesitará más que un par de deserciones y discursos con mensajes directos hacia la cúpula militar y los miles de soldados y oficiales que como el resto de los venezolanos están viviendo la peor crisis de su nación en décadas.
Maduro y su entorno, como también las FF.AA venezolanas tenían un objetivo final bien claro, la imagen de los camiones cruzando la frontera no debía plasmarse, y lo lograron.
Guaidó parece no haber logrado su objetivo ya que siempre planteo un solo plan de victoria y ese fue la entrada de las toneladas de ayuda a Venezuela. No tuvo una estrategia o al menos no parece haberla sabido plasmar de lo que él sabía podía suceder.
En las próximas horas el presidente autoproclamado presidente encargado estará reunido de cancilleres en Colombia para estudiar los próximos pasos “diplomáticos” a seguir. A esta altura insuficientes para cambiar la realidad de poder en Venezuela. Seguir el camino de la amenaza militar planteada por el impredecible Trump no sólo no es apoyada, al menos hasta ayer, por potencias como Brasil sino que sería un camino de ida con infinidad de peligros para los venezolanos y el resto de la región.
Como lo hizo hasta ahora Guadió deberá junto a quienes lo apoyan en Venezuela lograr presionar para obtener un camino de negociación con quienes tienen el verdadero poder en el país y ver de esta forma como obtener una transición. Si la decisión del joven presidente encargado y de la oposición es la salida milita se plantearán posibles escenarios uno más incierto y peligro que el otro.
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