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Viernes 30 de noviembre de 2018

​“El que acepta la muerte, vive mejor”

Ricardo Péculo, el funebrero más famoso del país, pasó por 9 de Julio. Estuvo capacitando sobre el servicio a los empleados de las Salas Velatorias de CEyS, de Dudignac y del resto de las Cooperativas de la zona. Este especialista en Pompas Fúnebres no solo dejó su marcada experiencia de más de cuatro décadas, sino que además conto que ya mandó a construir su propio ataúd con una imagen suya vestido de gaucho. La vida del hombre que asistió a las exequias del Gral. Juan Domingo Perón a San Vicente, de José Luis Cabezas y de Carlos Menem Jr, entre muchísimos otros.

Esta tarde personal de los servicios de sepelios de las Salas Velatorias de la Cooperativa Eléctrica “Mariano Moreno” Ldta y de la zona recibieron una capacitación a cargo del Director del instituto Argentino de Tanotología Exequial (IATE), Ricardo Péculo.


Fueron más de 20 encargados de servicios de Nueve de Julio, Dudignac, Trenque Lauquen, Bolívar, Juan José Paso, Carlos Casares y Los Toldos, los que se capacitaron en esta diaria tarea de honrar a quienes fueron en vida. Esta iniciativa surgio de la mano de la CEyS ‘Mariano Moreno a traves del encargado del Complejo de Salas Velatorias, Adrian Guiotto.


DE HONRAS FUNEBRES

Ricardo Péculo apenas era un novato cuando empezó su larga carrera en el gremio. Comenzó trabajando con su hermano Alfredo, quien era dueño de Cochería Paraná, la que fue vendida en la década de los ´90.


Ahora con 68 años a cuestas lleva título de Tanatólogo (estudioso de la muerte); especialista en Ritos Funerales, Pompas Fúnebres y Ceremonial; reconocido como idóneo director funeral por la Federación Internacional de Tanatólogos Asociados; fundador del Instituto Argentino de Tanatologia Exequial y profesor universitario de Tanatología Exequial, Tanatopraxia y Tanatoestética.


Desde entonces, la muerte se volvió parte de su destino, a tal punto que asesora a funerarias y cementerios.


MITOS Y VERDADES

De delgada figura, sonrisa pícara y con un marcado estilo tradicionalista que profesa desde hace años, Péculo denota una personalidad tan detallista al vestirse como lo exigen todos los ritos del paso a la eternidad.


Su voz grave hace casi eco en la vacía Sala N° 1 de Complejo Velatorio de la CEyS. Dispuesto al diálogo y con total ceremonial no dudo en responder y romper con los mitos y verdades de la muerte.


I: ¿En que consistió la capacitación brindada en las Salas Velatorias de nuestra ciudad?

RP: La Cooperativa de 9 de Julio decidió hacer una capacitación en el área de Servicios Fúnebres. Invito a Cooperativas de otras zonas para que el personal pueda asistir al familiar cuando tiene una desgracia. En estos casos, la gente no está en condiciones de razonar y por eso el personal debe estar capacitado para saber que corresponde en cada lugar, en cada servicio fúnebre y que honras fúnebres debe hacerse. No es sencillo hacer un servicio fúnebre porque no es solo enterrar a una persona.


Para mí un fallecimiento no marca que una muerte ocurrió, sino que una vida fue vivida. Nuestro trabajo es honrar una persona, no enterrarla porque eso se hace en el cementerio. Hay que honrarla con lo que hizo en su vida, en su profesión y con la religión que tenía. La gente creer que el velorio es un acto social. Sin embargo, los psicólogos dicen que en el velorio se empieza a elaborar el duelo. En las grandes ciudades, donde se hace velorios exprés después tienen problema para elaborar el duelo porque no se prepararon para el entierro. El niño pregunta dónde está el abuelo y no saben qué contestarle porque no lo llevaron. No es tan fácil y hay muchas cosas para tener en cuenta.


Hice una carrera universitaria donde la materia principal es psicología, no es funeral. Necesitamos saber de psicología para saber contener a una familia, para decirle lo que corresponde y de eso se trató esta capacitación.


I: ¿Cuántos años hace que se dedica a los servicios?

RP: Fue mi único trabajo. Tengo 68 años, de los cuales 45 son de servicio. Pase por todos los rubros. Mi hermano fundo una empresa y yo mientras estudiaba trabajaba. Terminamos siendo la empresa más grande del país, haciendo 1500 servicios mensuales. Por eso se de lo que hablo.


Esos 1500 servicios mensuales los hicimos gracias a dar honras fúnebres, a contener a las familias y a aliviar al dolor. No lo quitamos, pero lo aliviamos.


Hice servicios y traslados importantes. He trasladado al Gral. Perón, a José Luis Cabezas, a Menem Jr.


Actualmente vivo en San Luis, pero todavía me llaman para que lleve algún servicio. Para mí es un orgullo.


I: ¿Es difícil hablar de la muerte? ¿Sigue siendo un tabú?

RP: Sigue siendo tabú. La muerte todavía sigue siendo un tabú. Siempre digo que está pasando el mismo camino que paso el sexo. En mi época hablar de sexo era terrible. Hoy los niños hablan de sexo. La muerte pasa por lo mismo, pero aun es tabú.


Tengo mi ataúd hecho y cuando sale en algún medio. Me dicen “Ricardo quiero un ataúd como ese”. Le digo: “Bueno vamos a hacerlo… y no lo hacen”… (Risas).


Hay muchos que tienen su ataúd, no soy yo solo, pero la mayoría de la gente le escapa a la muerte. A ellos les digo que si aceptan la muerte, van a vivir más. No van a vivir más tiempo, sino más. La gente se olvida de vivir y trabaja para donde vamos a ir. Por eso les digo que vivan.


Una vez una señora me paro en la calle y me dijo: “Ricardo gracias a vos conocí Salta porque mi marido te escucho en televisión diciendo que vos estás cansado de escuchar que él quería conocer Salta, él quería viajar. En el velorio es tarde. Dentro de la medida vivan, porque les aseguro que van a morir”.


I: ¿También tiene planificado su velorio?

RP: Obviamente…


I: ¿Cómo sería?

RP: Tengo mi ataúd. Soy tradicionalista. Mi ataúd tiene una foto de gaucho, las manijas son de herraduras de caballo y me velaran en una locación tradicionalista. A mi hermano lo lleve en la carreta tirada por huelle bueyes. A mí me harán algo parecido. Los tradicionalistas también tenernos las honras fúnebres establecidas por costumbres.


I: Décadas prestando servicios. ¿Lo ha cambiado en algo la tecnología?

RP: Primero que todo cambia y en todos los rubros. Los ritos funerales van cambiándose, no desapareciendo y la tecnología se ha incorporado a los servicios. Por ejemplo el código QR, que es el cuadrado que se lee con el teléfono, está incorporándose en los nichos y pueda leer en la página donde hay videos, fotos, hasta puede mandar condolencias. En las salas velatorias, todavía acá no llego, hay una cartelera que te permite con el teléfono mandar condolencias a las familias y aunque no estés ni en 9 de Julio ni el país.


También hay empresas fúnebres que transmiten por internet el velatorio. Eso se usa cuando hay un familiar que está en el exterior, por ejemplo en España. A ese familiar le dan un código, entra a esa página y es como si estuviese presente. Este código a las 24 horas se anula. No puede entrar cualquiera.


I: Finalmente… ¿Qué le diría y qué consejo le daría a la gente que lo lee o escucha en esta nota?

RP: Que hablen de su funeral. La gente no habla ni organiza su funeral. Siempre digo que organizan las bodas 8 meses antes, el cumpleaños de 15 tres meses antes. Por qué organizar el funeral el día del funeral.


Algunos dicen: “vos cremame o tírame a la basura”. No se sientan a hablar del funeral, tampoco quiero que hablen todos los días. Hay que ponerse de acuerdo para que quede establecido. Eso más las experiencias del personal capacitado no puede fracasar.


Los crematorios están llenos de cenizas que la gente no va a buscar. Hablen de su funeral, organícenlo. No se van a morir antes. Yo tengo mi ataúd, tuve un sincope y el ataúd sigue vacío.