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Cultura

Wednesday 31 de October de 2018

​Vamos a tomar el té

Desde hace unas semanas abrió sus puertas en nuestra ciudad la casa “Mi té infusiones”. La misma se encuentra ubicada en calle Salta 1113, casi Irigoyen. El lugar donde tomar té, es un arte de exquisitos sabores.

Hay muchas historias, leyendas y ceremonias detrás de una rica taza de té. Esta es una de las bebidas más populares y antiguas del mundo. De hecho, la mitad de la población mundial consume té en sus diversas formas y variedades, pero nadie duda que contenga múltiples beneficios para nuestro organismo y para nuestra salud.


Hace unos días, en calle Salta 1113 de nuestra ciudad abrió sus puertas “Mi te infusiones”, un lugar donde conviven los exquisitos sabores de las hierbas.


“En esta tienda encontrarán desde té en hebras hasta saquitos, nacionales e importados. Accesorios de regalaría para la hora del té como teteras y tazas, como así también cosas dulces para los mejores momentos del té como confituras tipo mermeladas, alfajores artesanales y regionales. Sin olvidar que también hay Infusiones para la gente que hace vida sana y yoga, señala la propietaria Andrea Bouzon.


Obviamente la variedad de hierbas serranas no se hace esperar “de Poleo Cedrón, yerba mate, yerba mate con manzanillas o con hierbas para el acidez de estómago. La variedad es amplia, por eso los espero para que lo conozcan”, explica.


UN SABOR QUE HIZO HISTORIA

Si alguna vez te preguntaste de dónde proviene el té y por qué se sirve en todos los rincones del mundo, te invitamos a tomar una taza de té caliente y explorar juntos su historia.


El té es la bebida más popular del mundo después del agua y una de las más saludables.


Probablemente hasta el día de hoy hayas pensado que el té es patrimonio de los ingleses. Sin embargo, el origen de la planta del té se remonta a muchos años antes de Cristo y nos sitúa en China.


Según cuenta la leyenda más extendida, en el año 2737 A.C., el emperador chino Shen Nung, un hombre sabio y erudito, insistía en que toda el agua para beber debía ser hervida por motivos de higiene. Un día el emperador se recostó debajo de un árbol cuando algunas de las hojas de este árbol cayeron en el agua que sus criados hervían, el emperador sintió un aroma especial y no pudo resistirse a probar aquel extraño brebaje. Lo encontró exquisito.


Las hojas resultaron ser de un árbol de té, Camellia sinensis. Ahora bien, en India se atribuye el descubrimiento del té al monje Bodhidharma -fundador de la forma de budismo Zen- en el siglo VI D.C., quien lo usaba como tónico medicinal y reconfortante durante sus viajes. Pero Japón también está involucrado en esta historia.


Entre los años 618- 907 D.C. (Dinastía Tang), monjes budistas que estudiaban en China llevaron la costumbre de tomar té a Japón. En un principio sólo tenían acceso a él ricos y sacerdotes.


Estos últimos, que tomaban té para mantenerse despiertos y meditar, no tardaron en desarrollar la ceremonia japonesa del té para compartirlo de una manera sagrada y espiritual. Tanta relevancia tomó la ceremonia, que los samurai adoptaron esta tradición y se volvió también un ritual militar.


El emperador de Japón disfrutaba mucho el té e importó semillas desde China para ser plantadas en Japón y permitir así que el té fuera accesible para más personas.


El té finalmente llegó a Occidente, a la Inglaterra del siglo XVII, cuando el rey Carlos II se casó con la princesa portuguesa Catalina de Braganza quien, acostumbrada a beber esta infusión: la transformó rápidamente en la bebida de la realeza. El té no era producido allí, sino que se importaba a Gran Bretaña desde la India a través de la East India Company. La hora del té o las fiestas de té se convirtieron en una costumbre de élite en la sociedad aristocrática.


En próximas ediciones te contaremos acerca de cómo se acostumbra a tomar té en distintas culturas y los beneficios que presenta para nuestra salud. Hasta la próxima taza de té.