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Jueves 31 de diciembre de 2015

Padre Pepe: “Los progresistas de verdad prohiben la droga”

En épocas en que la legalización de la marihuana se muestra como la única solución de la izquierda al problema de las drogas y desde la vereda de enfrente la derecha reacciona, el Padre Pepe aparece como una tercera opción.


Por Joaquín López Calvo @JoaquinLCalvo

Ni con unos ni con otros, desde su oficina en villa La Cárcova, el principal exponente de los curas villeros da las razones de su rechazo a la idea de legalización, pero desde el progresismo.


Por un lado el Papa se pronunció en contra de la legalización de ciertas drogas, pero usted ha hecho críticas a sectores de la Iglesia y no es un cura condicionado ¿A qué responde su posición sobre la legalización?

Me baso en la realidad, hay que ver el día a día para entender de verdad lo que le hace la droga a los pibes, desde un escritorio puede ser más fácil hablar de legalización. La droga se puede conseguir en cualquier lado, está naturalizada y vemos como complica la vida de los chicos, de las familias y al final la vida del barrio en general. Entonces por ver lo que hace la droga a los chicos y ver como les ha ido a los que la legalizaron es que estoy en contra.


Usted dijo que en las villas la droga está despenalizada de hecho ¿La despenalización por jurisprudencia a partir del 2009 significó algún cambio?

Desde 2009 estamos peor. No sé si tiene que ver con el fallo de la corte pero cada vez la droga se consigue más fácil y la figura del traficante crece cada vez más en las villas. Quizá con más fuerza desde 2001. Se la puede tener, llevar, consumir sin ningún problema. Habitualmente ni la fuerza pública, ni ningún organismo que represente al Estado se mete en la vida de estos chicos que tienen veneno en sus manos. Pero la culpa no es de la villa como algunos piensan, hay que incluir a los vecinos de la villa para que no tengan que caer en el consumo.


En la amenaza que le hicieron, mientras andaba en bicicleta, le dijeron que iba a ser boleta cuando se termine lo de los medios. ¿Dar entrevistas se volvió una protección?

De hecho al principio me quedé, pero al final tomé la decisión de irme. Nosotros tenemos un observatorio en los lugares más vulnerables de Barracas y más que nada me fui para no comprometer más a la gente que trabajaba conmigo, espero volver algún día. Sí, dar entrevistas me sirvió pero en esto agradezco sobre todo al entonces Bergoglio cuando en un acto habló de mi caso y de la persecución que tenía encima con el narcotráfico. Esa visibilidad y la de los medios que vinieron después fueron como un blindaje que me ayudó.


Pepe Mujica dice sobre el caso uruguayo que vienen perdiendo la guerra contra el narcotráfico hace 40 años y la legalización es para intentar algo nuevo, si falla se cambiará. Por otro lado usted dijo que “no somos ni Uruguay ni Holanda” ¿Qué nos falta para seguir el ejemplo de esos países?

Sí, pero igual muy bien no les ha ido, ya están retrocediendo en esas políticas y arrepintiéndose. Los movimientos progresistas de verdad como los zapatistas prohibieron el consumo de alcohol y drogas. Y lo que hicieron es cerrar cada cantina, para que las drogas no arruinen a la gente, ellos se preocupan de verdad por la gente y son progresistas de verdad.


¿Por qué dice que antes de hablar de legalización tenemos que hablar de inclusión?

La verdad es que la droga puede estar legalizada pero si un pibe consume después no lo van a querer en un laburo, después no va a poder estudiar. Antes de la legalización nos salteamos muchas etapas, la inclusión, la educación, la concientización, y en Argentina no están dadas esas condiciones. Si bien en estos años el Estado ha hecho mucho, en educación por ejemplo, yo vengo de Comahue, Santiago del Estero y allá no hay un psicólogo, no hay un psiquiatra. ¿Cómo vamos a tratar a los pibes adictos sin psiquiatras y psicólogos? En el interior la realidad es distinta. La sociedad civil no puede caerle siempre al Estado, y también debe hacerse cargo de estas cosas.