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Tuesday 5 de December de 2017

Con todas las luces

La nuevejuliense Silvina Galeano restauró y le dio su impronta a la araña que desde hace unos días se encuentra luciendo en el atrio de la Catedral Santo Domingo de Guzmán. Un trabajo del que se desprenden 1200 caríeles y unos cuantos recuerdos que hicieron historia en la familia de Casa Parma.

Silvina Galeano tiene 39 años y es hija del recordado locutor Julio Galeano y de Mabel Parma.


Esta nuevejuliense es multifacética y en su ADN familiar lleva a cuesta el anclaje del recordado negocio de electricidad “Casa Parma”, que funcion hace más de 60 años en 9 de Julio. Lugar que dio inicio su abuelo, lo continuo su padre y luego ella.


Es Analista en Administración de empresas con especialización contable, emprendedora, restauradora y desde el año 2008 se hizo cargo como dueña de Electricidad Mitre. También y desde hace 6 años se dedica a la fotografía profesional.


CON OJOS DE CORAZON

“Depende a lo que te dedicas es lo que miras”, destaca Silvina Galeano a infonueve.com mientras comenzaba esta charla en su local de Electricidad Mitre, ubicado en Av. Mitre 2019.


En su taller, rodeada de válvulas, circuitos, cables y perillas, explica la razón y pasión de un hobby convertido en oficio.


Se ve que es detallista y perfeccionista en donde pone el acento. Para ella, la restauración no es un oficio o una profesión, es más que nada una pasión.


En ese sentido Galeano destaca “mi vista siempre esta puesta en lo que me gusta, como ver las arañas que cuelgan en los techos. Siempre miro que tengan una iluminación correcta y, es por eso que, cada vez que iba a la Catedral miraba la araña que colgaba y pensaba que placer seria poder restaurarla, darle la vida que le falta y el color que ha perdido con el paso de los años”.


Fue ese mismo pensamiento la que la llevo a recordar que “en mi casa tenía muchos caireles que había heredado de una tía que restauraba antigüedades en La Plata. También tenía una caja con otros que había comprado, porque me gustan las piedras. Entonces me acerque a la Catedral y les pregunte si confiaban enmí como para poder restaurar la araña. Lo tome como un desafío”, sostiene.


También Silvina describe que “siempre me decía que los caireles en casa y en una caja solo tenían el valor afectivo para mí y que si algún día yo faltase, para el resto solo serían pedazos de vidrios. Hoy siento que cobraron un sentido porque están luciendo en una araña. Siento que meses después pude cumplir ese sueño. El placer de verlos colgados, de darles otra vida, otra oportunidad”.


CON PASION Y PACIENCIA

En cuanto al trabajo que les demando Galeano explicóque “desde hace dos meses venimos junto con Jorge Gómez realizando esta labor con mucho empeño para que este proyecto se haga realidad. Demando muchas horas de lustre y paciencia, pero hoy estamos contentos de haberla devuelto a su lugar”.


Pero esto no es todo ya que para poder restablecer sus piezas contó que se quedaban por horas los fines de semana lustrando. “Puse a funcionar una vieja máquina que tenía cuando era chica y con la que lustraba los trofeos. Para eso desarmamos íntegramente la araña. Pieza por pieza, tornillo por tornillo. También la reparamos y fabricamos las piezas que faltaban. Luego la armamos desde cero hasta ponerla en funcionamiento. No solo le agregamos más luces, sino que también 1200 caireles”.


Si bien su entusiasmo al hablar de su vocación es inocultable, reconoce que es un rubro difícil por lo costoso que resulta realizar una restauración. “Es mucho el tiempo que uno le dedica a cada araña, pero lo más valioso es verla encendida y contemplarla. Hoy sé que esos 1200 caireles están puestos y no abarrotados en una caja en mi casa. Hoy tienen otra vida, están luciéndose y a la vista de todos, que es lo más importante”, concluyó.