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Sábado 14 de noviembre de 2015

Hay que animarse a buscar con lo que uno sueña

La experiencia de escucharlo o la simple acción de hablar con Gonzalo Vilariño, seguramente te llevara más allá de los límites como persona, porque por más que solo trates de enfocarte en su experiencia como el entrenador de la Selección Argentina de “Los Murciélagos” te dejara una gran enseñanza de vida.

Apenas concluía su disertación en el Taller Protegido de la ciudad de Nueve de Julio y luego de esperarlo a que se saque un par de fotos con quienes concurrieron a la charla, emprendimos esta entrevista que, en lo personal, dejo más errante mis enormes ganas de adquirir en lo inmediato su libro “Mi otra Mirada” y bucear en la lectura de sus 156 páginas.


El ex entrenador de “Los Murciélagos”, parecía no haberse cansado de su catedrática charla de 90 minutos. La buena predisposición por transmitirlo todo se notó a simple vista. Disfrutaba lo que hacía y eso pudo transmitirse en cada respuesta.


La disertación a la comunidad nuevejuliense denominada “Más allá de los límites”, supero las inclemencias de la tormenta desatada durante la jornada. Los que asistieron se llevaron más de lo que dejaron: Hay que creer en uno mismo porque no hay barreras que sean imposibles.


Su vida laboral se equilibra entre sus dos profesiones, una como entrenador y la otra como abogado. Asegura que puede dedicarse de lleno a ambas ya que “mi trabajo me permite manejar los tiempos”.


I: ¿Cuál es su otra mirada de los límites?

G.V: Los límites están dentro de uno y si te propones llegar a distintos lugares por diferente caminos y tiempos podes hacerlo. No hay barreras que sean infranqueables.

Primero hay que creer en uno mismo y, a partir de ahí, hay que buscar las formas y caminos para llegar.


I: ¿Cuáles fueron los caminos que se marcó como entrenador?

G.V: Inculcarles una forma de trabajo basada tanto en la disciplina, en la planificación y en la responsabilidad. En base ello, los jugadores vieron los resultados y fueron creyendo en lo que proponíamos. Después todo fue mucho más fácil porque comenzaron a creer e ellos mismos y se exigían y nos exigían para seguir creciendo.


I: ¿Cómo nota al espectador o al oyente después de haber escuchado sus vivencias?

G.V: Noto que después de escuchar la historia se va con más animo de hacer cosas que no veían posibles de realizarlas. Ojala les sirva para dar ese primer paso, ya que el secreto en la vida está en avanzar y aunque el objetivo este muy lejano. Hay que animarse a buscar con lo que uno sueña. En la vida todo lo que tiene pasión y compromiso siempre se realiza y cuando sentís que deja de ser un trabajo porque lo disfrutas es como que vivís de vacaciones. Los sueños hay que concretarlos.


I: ¿Y cuáles fueron sus sueños iniciales?

G.F: Mi sueño con los chicos fue conformar una selección de alto rendimiento y generar un nuevo espacio para el futbol de ciegos y en el deporte para personas con capacidades diferentes.


Hoy desde el deporte sueño con seguir aportando más deportistas para que sean tan reconocidos como los murciélagos.


I: ¿Y en lo personal?

G.V: Todos tenemos el sueño de formar una familia unida, pasar buenos momentos y en realidad la vida está hecha de esas cosas y este lado profesional no puede separarse de lo otro. Por eso, si no logras disfrutarlo es como que en el medio tenes un quiebre y trato de juntar las dos cosas, de no separarlo.

En ese sentido, mis hijos me ayudan mucho con la selección y aprenden lo que estoy transmitiéndoles a ellos también. Inculcar esos valores en la familia y en la vida de cada uno te hace más fuerte.


I: ¿Que podría decirnos de “Mi otra Mirada”, su libro?

G.V: Encontraran toda la historia de los murciélagos, las cosas que me pasaron a mí con ellos, un montón de anécdotas muy divertidas y con enseñanza y, lo fundamental es que en cada capítulo se encontraran un valor con cosas que fortalecieron a este equipo y desarrollado con conceptos que pueden ser aplicados a cualquiera. Todo el tiempo podes hacer anclajes en la vida cotidiana con este libro.


I: ¿Qué consejo le daría a un padre que quiere que su hijo se inicie en el deporte pero que el chico no quiere?

G.V: Creo que el deporte es muy bueno, pero hay un montón de otras disciplinas que también lo son. Me pasa en lo personal, mi hijo juega al futbol porque lo adora y mi hija tiene una capacidad muy buena para cualquier disciplina y no le gustan los deportes, pero hace danzas y comedia. Me moría de ganas de que haga deportes, pero entendí que lo de ella es otra cosa y disfruta mucho de eso. Me parece que lo bueno está en poder expresar tus emociones a través de alguna actividad que te llene que puede ser el deporte u otra actividad.


A ese padre le diría que lo deje expresarse en lo que él quiera y que lo acompañe. Esta bueno que alguien se sienta feliz en lo que hace.


I: ¿Qué piensa que se llevaron de su charla los padres de este taller?

G.V: Pienso que muchas veces por querer proteger a nuestros hijos los sobreprotegemos y no hacen ningún deporte por miedo a que se lastimen o porque lo consideran más complicado. Ahí creo que lo padres deben animarse e incentivarlo porque ya no pasa por un desgano del chico. Tal vez ellos quieran hacer un deporte y no encuentran el lugar para que lo realicen. A los chicos discapacitados que conocí el deporte les cambio la vida. Se sintieron mucho mejor en su ámbito, junto a sus pares y generando espacios distintos. También vivieron emociones como la derrota, el triunfo y la bronca que solo te da el trabajo en conjunto.


I: Finalmente ¿Cuál es la fortaleza de trabajar en conjunto?

G.V: Las grandes cosas no se consiguen de a uno solo, sino que los grandes objetivos se consiguen entre muchos. Trabajar en equipo te permite conseguir algo importante y eso es lo valorable.