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Tuesday 30 de May de 2017

Formación de centros contra adicciones

Nuevas comunidades se sumaron a la iniciativa. El obispo insistió en apostar a la perseverancia y a no desanimarse por el miedo. “Debemos tener el espíritu que tuvo David contra Goliat”, aseguró el Obispo Monseñor Ariel Torrado Mosconi.

La diócesis de 9 de Julio avanza en la formación de los centros barriales contra las adicciones. Ayer martes se desarrolló la tercera reunión en la Casa de la Unidad de la ciudad de Nueve de Julio. Contó una vez más con el asesoramiento y el acompañamiento del licenciado Pablo Vidal. Vidal es miembro del área de Abordaje Pastoral y Comunitario de las Adicciones de Cáritas nacional y cuenta con una vasta experiencia en la formación y en la operatividad de estos centros.


Durante el encuentro se avanzó sobre los aspectos organizativos internos como los edificios más apropiados para erigir los centros; las aptitudes humanas que deben tener los voluntarios que estarán a cargo y las tareas específicas a realizar a diario.


Participaron voluntarios de Lincoln, Ameghino, Bragado, 25 de Mayo, Carlos Casares y Nueve de Julio.


El enemigo, el miedo

Allí los participantes manifestaron algunas incertidumbres como el crecimiento del problema de las adicciones; los prejuicios de las comunidades, los continuos fracasos de algunos programas gubernamentales, que deberían ser actores fundamentales para trabajar en red con estos centros y algunos temores que surgen a partir de algunas experiencias particulares. Justamente en este contexto, fue cuando Monseñor Ariel Torrado Mosconi apeló al famoso relato del antiguo testamento para exhortar a los presentes a no desalentarse ante la dimensión del desafío. “Debemos mantener el espíritu que mantuvo David en su lucha contra Goliat”, haciendo referencia a aquél pequeño niño que enfrentó y venció a un fuerte guerrero armado apenas con una honda, insistió en reiteradas ocasiones durante el encuentro.


El Estado también se suma

Fueron invitados algunos funcionarios quienes presentaron un crudo diagnóstico de las dificultades que suelen enfrentar las dependencias públicas que trabajan con las adicciones y remarcaron la necesidad del estado de trabajar con otras instituciones, especialmente con la Iglesia.


Por eso manifestaron la voluntad de apoyar y acompañar estas iniciativas de la diócesis. Un de ellos propuso aunar voluntades. “Debemos juntar el prestigio y la eficiencia de la Iglesia con los recursos que dispone el Estado”, destacó.


El encuentro concluyó con una renovada propuesta del obispo para seguir dando pasos para avanzar en el proyecto de que cada ciudad de nuestra diócesis tenga por lo menos un centro barrial u hogar de Cristo para responder a esta nueva forma de pobreza.