Jueves 20 de abril de 2017
La lucha por el poder no se da en el ámbito de la política sino en las calles. Lo que durante años fue una muestra de participación de chavistas y oposición hoy es el único canal de expresión de una democracia que perdió los elementos básicos que la sustentan.
Al quiebre institucional denunciado por la fiscal general del país, la falta de un calendario electoral, las regionales siguen suspendidas, la inhabilitación del principal candidato opositor y otro preso, la represión brutal de las marchas contrarias al gobierno hacen que lo que en el pasado era un canal más de expresión sea la única válvula de escape para tanta presión y por ende insuficiente.
La calle fue hasta ahora terreno fértil del chavismo, por su gran poder de movilización, por el manejo de los medios de comunicación y el empleo de la fuerza para contrarrestarlas. Los opositores divididos hasta hace poco tiempo decidieron, perdido por perdido, jugarse su última carta y presionar en las calles para lograr que el gobierno habilite lo que demanda y exige la base de una democracia, esto es, elecciones.
El costo de este camino ya se llevó la vida, en poco más de una semana, de al menos 8 venezolanos, heridas a decenas y la cárcel para cientos de personas.
La denominada “mamá de todas las marchas” busca ser una bisagra en la lucha entre el chavismo más duro y la oposición, pero hasta cuándo? Cuantas muertes más podrá soportar la oposición o el gobierno? Que tan lejos están dispuestos a llegar unos y otros?
El diálogo no parece ser la salida ya que hasta el momento sólo encontraron calles sin salida. La presión de la gente parece ser la estrategia de la oposición, los gases lacrimógenos, la del gobierno.
ARNoticias.TV
