Domingo 10 de julio de 2016
Tucumán fue el epicentro de las celebraciones de ayer por los 200 años de la independencia. Irónicamente, fue junto a Juan Carlos I, rey emérito de España, y la Iglesia Católica que el presidente Mauricio Macri comandó los festejos por una independencia que todavía es relativa.
El sociólogo Émile Durkheim decía que en algunas celebraciones, la sociedad festeja, antes que nada, su propia existencia como comunidad. Además, aclaraba que estas celebraciones son la puerta de entrada al corazón cultural de una sociedad y sirven para penetrar en su ideología dominante.
Durkheim estaría fascinado si pudiera ver cómo actuó la ideología dominante en las celebraciones por el Bicentenario de la Independencia. Dos actores acompañaron el papel protagónico de la familia Macri en los festejos de ayer, la Iglesia Católica y Juan Carlos I de España. Sí, el que mandó a callar a Chávez.
En su ensayo “La declaración”, el académico Esteban de Gori muestra como el puntapié de la independencia argentina como una consecuencia casi accidental de las idas vueltas napoleónicas en la península Ibérica. Lo que es seguro es que hacia 1814, cuando Fernando VII había regresado al trono de España quería recuperar sus colonias en América.
Esto llevó a la Guerra de la Independencia que Argentina peleó contra el Reino de España, contienda que duraría hasta 1824 y contaría miles de muertos. Además, España tardó solo 47 añitos en reconocernos como país, el 21 de septiembre de 1863. Pero ayer Juan Carlos I de España festejó la Independencia.
Durante el mediodía Macri asistió al Te Deum realizado en la Catedral de Tucumán, donde la Iglesia Católica representada por el Arzobispo Alfredo Zecca celebró la creación del Estado argentino hace 200 años. Durante el kirchnerismo la autonomía del Gobierno con respecto a la religión estuvo mucho más marcada, tanto es así que Macri fue el primer presidente en asistir a ceremonias católicas en los últimos 11 años.
El rol de la Iglesia durante la liberación Argentina de España es cuestionable. 6 años antes de declarada la Independencia, durante las jornadas de mayo, la Iglesia fue una de las principales oposiciones del primer gobierno patrio. Todos los obispos del virreinato se opusieron a la revolución y comandados por los eclesiásticos Rodrigo de Orellana y Benito Lué pelearon contra la naciente Argentina. Ayer y hoy y mañana festejan la Independencia.
La iglesia y la monarquía española festejaron la Independencia. La parte del acta de aquel 9 de julio de 1816 que clama por “la independencia de toda dominación extranjera” está todavía por verse.
