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Policiales

Miércoles 27 de abril de 2016

La Bonaerense de Vidal

Ritondo y una cúpula policial con frondoso prontuario. Algunos arrastran acusaciones de torturas, homicidio culposo, cohecho, discriminación y acoso sexual.

El ministro de Seguridad provincial presentó en la Vucetich a todos los comisarios generales comandados por Pablo Bressi, el ex Halcón de la maldita policía de Duhalde recomendado por la DEA. No es el único que tiene estrechas relaciones con las agencias estadounidenses. Otros arrastran acusaciones de torturas, homicidio culposo, cohecho, discriminación y hasta acoso sexual.


Cristian Ritondo, ministro de Seguridad de la gobernadora María Eugenia Vidal, dio a conocer a los 24 comisarios generales de la Policía Bonaerense, a quienes les confió –según sus textuales palabras- “la vida de todos los habitantes de la provincia de Buenos Aires”.


El acto se realizó este lunes en la Escuela “Juan Vucetich” de Berazategui, donde confirmó a Pablo Alberto Bressi, como jefe de la fuerza, y a Rubén Fabián Perroni, como Coordinador Operativo de Seguridad, ambos designados desde mediados de diciembre.


Bressi, de 49 años, fue recomendado para el cargo por la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA). En Washington lo conocen desde la época en que se entrenó como negociador en los cursos del Departamento de Estado, cuando integraba el Grupo Halcón de la maldita policía de Eduardo Duhalde. Tuvo oportunidad de aplicar esa formación en 1999, durante el asalto al Banco Nación de Ramallo, pero no le fue bien: sus camaradas de arma terminaron masacrando a balazos a dos delincuentes y dos rehenes.


El jefe de la Bonaerense no es el único ex Halcón que posee lazos con las agencias de seguridad norteamericanas. El actual secretario general de la Policía, Eduardo José Pérez Rejón, recibió entrenamiento del FBI en “Negociación y Gerenciamiento de Crisis” y formó parte del Programa de Asistencia Anti-Terrorista del Departamento de Estado. Otro Eduardo Pérez Rejón ya se desempeñó como secretario general de la fuerza, cuando la comandaba el nefasto Pedro Klodczyk. Luego de su pase a retiro lo procesaron por tormentos a detenidos, pero logró quedar en libertad y desde entonces ejerció como abogado defensor de varios represores de la dictadura en causas de lesa humanidad.


Rubén Perroni también tiene un oscuro pasado en la maldita policía. El 19 de noviembre de 1997, el diario Hoy de La Plata informaba que la justicia lo había imputado y detenido por “torturas y violación de los deberes de funcionario público”. En esos hechos, ocurridos cinco años antes en la Comisaría Novena, estuvo involucrado Walter Abrigo, uno de los policías que más tarde sería condenado a prisión perpetua por el asesinato y desaparición de Miguel Bru.


En tanto, el designado al frente de la Superintendencia de Investigaciones, Jorge Marcelo Pissaco, se vio envuelto junto a otros 13 uniformados en delitos de cohecho entre 1998 y 2000, cuando era subcomisario en la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro. Su nombre apareció en la agenda de Vicente Serio, quien regenteaba con cobertura policial una red de prostíbulos en San Miguel, José C. Paz y San Fernando.


Más recientes son los casos de los superintendentes Fernando Albero Grasso (Región Capital), Eduardo Quintela (Región Interior Sur) y José Luis Quarleri (Seguridad Rural).


Grasso es señalado por el Sindicato de la Policía de Buenos Aires (SIPOBA) en el marco de la causa que se inició este mes para investigar el hallazgo de 36 sobres con 153.700 pesos en la Departamental La Plata.


“La permanencia en funciones del comisario general Fernando Grasso favorece la impunidad, el desvío y la eliminación de huellas y elementos de compromiso, con la finalidad de mantener el status quo delictivo”, aseguraron desde SIPOBA al considerarlo uno de los principales responsables del circuito de la “plata sucia”.


En torno a Quintela, quien asumió en la Superintendencia Región Interior Sur proveniente de la Departamental Tandil, se desataron dos fuertes polémicas. La primera estalló a mediados de 2015, cuando atribuyó el aumento del delito en su jurisdicción a los trabajadores que llegaban para construir las viviendas del plan Procrear. La segunda se dio unos meses después, tras atropellar y matar a una mujer de 79 años con un Chevrolet Astra. Desde entonces es investigado por homicidio culposo.


Por último, el comisario general José Luis Quarleri fue puesto al frente de Seguridad Rural pese a las denuncias en su contra por acoso sexual. Una de las mujeres policías que trabajaba bajo su órbita en Cañuelas declaró ante Asuntos Internos que Quarleri la comenzó a hostigar el 30 de octubre del año pasado, a través de mensajes de Whatsapp.


La nueva cúpula policial, a la que Vidal y Ritondo le encomendaron “la vida” de los bonaerenses, se completa con Julio Errasquin Coradazzi (Amba Norte), Leonardo Montozzi (Amba Oeste), Alejandro Máximo Moreno (Amba Sur), Alberto Fabián Domski (Región Interior Centro), Walter Rubén Iguiñez (Región Interior Norte), Darío Torres (Región Atlántica), Mabel Rodas (Políticas de Género), Sergio Moreno (Planeamiento y Operaciones Policiales), Alfredo Sebber Molinari (Seguridad Vial), Marcelo Seal (Seguridad Siniestral), Liliana Alejandra Sivak (Policía Científica), Claudio Omar Fuentes (Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado), Rubén Daniel Cappelletti (Comunicaciones), Héctor Valentín Puente (Inteligencia Criminal), Jorge Oscar Figini (Formación Policial), José Fabián Fernández (Servicios Sociales) y Néstor Martin (Coordinación Administrativa).


Fuente: Por Fernando M. lopez/ Agepeba.